De la misma forma que elegir la forma del logo de la marca o empresa será uno de los pasos clave para cualquier creativo, saber imprimir el color adecuado no será, ni mucho menos, tarea baladí. Consciente o subconscientemente, cada uno de los colores, tanto los primarios como los que no lo son, transmiten a la audiencia una serie de percepciones y sentimientos que serán difíciles de cambiar mediante cualquier otro mecanismo.
Cualquier cineasta, por ejemplo, sabrá perfectamente con qué paleta de color deberá trabajar para ambientar una película desde una perspectiva u otra. Cualquier pintor, por supuesto, tendrá sumo cuidado con la mezcla de colores con las que juega. Y no menos importante serán los colores para un diseñador de ropa. En el mundo de la creatividad publicitaria, este dato no debería ser menor. Una vez que se elige el color, no en vano, habrá que acarrear con sus consecuencias por el resto de la vida de la marca, para bien o para mal.
Y es que, cada color transmite diferentes sentimientos… O, a veces, simplemente, posiciona a la marca como una alternativa a otros colores que ya copaban el mercado, conceden una personalidad. ¿Qué dicen los colores de nuestra marca?
Azul: Uno de los colores más utilizados. Sugiere confianza (pocas cosas son más importantes en una marca), fuerza y armonía, serenidad, calma, libertad y salud. A veces, sin embargo, puede resultar muy frío.
Rojo: Opuesto al azul, pero igualmente utilizado. Es el color de la intensidad, pasión, fuerza, amor y sensualidad, aunque, en algunos casos, también el de la violencia.
Blanco o gris: La calma, neutralidad, pureza e inocencia. La ausencia de color sirve para potenciar otros colores, sobre todo el negro.
Negro: Misterio, sobriedad, elegancia y sofisticación.
Amarillo: El tono del optimismo, claridad y calor, así como la vitalidad y juventud.
Naranja: Alegría, felicidad, confianza, naturalidad y entusiasmo.
Violeta: Creatividad, imaginación, valentía, éxito, y, a veces, romanticismo.
Verde: Paz, saludad, crecimiento, esperanza y, en ocasiones, el verde del dinero.
Asimismo, existen contrastes apropiados para atraer la atención del cliente y para no espantarlo: 1. La ya mencionada Negro sobre blanco; Rojo sobre blanco; Amarillo sobre negro; Blanco sobre azul; Rojo sobre negro; Blanco sobre rojo; Azul sobre blanco; y amarillo sobre azul.
Si eliges bien, no sólo proyectarás la imagen a través un sólo pantallazo, sino que también lograrás hacer el producto más atractivo, la lectura más clara, conceder una personalidad propia y quizás incluso logres un estímulo de ventas. Eso sí, para llegar a esta decisión deberás delimitar claramente el target al que quieres dirigirte, tanto de edad como de clase social. Cuidado con el rojo para atraer a jubilados.
Si, por el contrario, como Google o NBC, quieres trasmitir vitalidad, innovación y una visión moderna del mundo, siempre puedes elegir el arco-iris, y no quedarte con ninguno.
